Hoteles en Bélgica

Descubre Bélgica

Si lo que buscas es buen tiempo y una agenda cultural animada, la época óptima para ir a Bélgica es entre abril y septiembre. Durante estos meses, las temperaturas varían entre 15 y 25°C, ofreciendo un clima perfecto para explorar ciudades como Bruselas, Brujas o Gante. Es también la temporada de festivales y actividades al aire libre, como mercados y conciertos, que añaden un valor adicional al viaje.

Aunque es un tiempo fabuloso para visitar, es cuando más turistas se acumulan. Si prefieres una experiencia más relajada y tarifas más bajas en hoteles, te recomendamos la temporada baja de octubre a marzo. Durante estos meses, las temperaturas se sitúan entre los 2 y 10°C. Sí, hace más frío, pero tendrás la ventaja de explorar sin las multitudes y podrás disfrutar de la verdadera esencia belga, incluyendo sus famosos chocolates y cervezas.

Planificar un viaje a Bélgica con un mínimo de 3 meses de antelación es clave para encontrar buenos precios y disponibilidad tanto en vuelos como en hoteles. Esta estrategia no solo ofrece mayor flexibilidad en las opciones de alojamiento, sino que también te permite conseguir tarifas de vuelo más económicas.

Aquí va un dato exclusivo para Bélgica: la temporada baja, de enero a marzo, es ideal para quien busca lujo a buen precio. Muchos hoteles de alta gama suelen ofrecer descuentos significativos. Pero ojo, si el plan es asistir a eventos tradicionales como el Carnaval de Binche o festivales de cerveza, es recomendable hacer las reservas con aún más antelación, ya que la demanda aumenta considerablemente.

No descartes los paquetes de viaje que incluyen vuelo y hotel. A menudo, estos combos están diseñados alrededor de festivales y eventos populares en Bélgica, y no solo suelen ser más económicos, sino que también facilitan la organización del viaje.

Bélgica, un pequeño país europeo, tiene mucho que ofrecer. Más allá de su mundialmente famosa cerveza y chocolates, hay innumerables encantos esperando ser descubiertos. La cosmopolita Bruselas no solo alberga históricas plazas y edificios emblemáticos, sino que también destaca por el Atomium, una deslumbrante estructura metálica que simula un cristal de hierro ampliado, representando el espíritu innovador del país.

Mientras muchos viajeros se dirigen a Bruselas, Gante y Brujas te transportan a un pasado medieval con sus pintorescos canales y arquitectura bien conservada. Sin embargo, Bélgica no es solo urbes; la historia cobra vida en lugares como Waterloo, donde el destino de Europa fue decidido hace más de dos siglos. Para los amantes de la naturaleza, Las Ardenas es un verdadero oasis de verdor, perfecto para actividades al aire libre como senderismo y ciclismo.

La cultura belga también brilla en su arte. En Bruselas, el Museo Magritte celebra al surrealista René Magritte, mientras que en Amberes, el Museo Middelheim exhibe esculturas al aire libre. Y antes de concluir tu viaje, degusta las famosas patatas fritas, preferiblemente en un 'friterie' tradicional. Sin duda, un broche de oro para tu experiencia en este país diverso y encantador.