Hoteles en Kazajistán

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Descubre Kazajistán

Si tienes en mente descubrir Kazajistán, no hay mejor época que entre mayo y septiembre. Las temperaturas rondan los agradables 20 a 30°C, perfectas para que explores tanto la estepa como las ciudades. En contraste, los inviernos aquí son verdaderamente crudos, con temperaturas que pueden desplomarse hasta los -20°C, así que evítalos si no eres fanático del frío extremo.

En el ámbito cultural, te interesará saber que el festival de Nauryz Meyrami es uno de los eventos más esperados del año. Celebra la llegada de la primavera con música tradicional, danzas y un derroche de gastronomía local. Pero ten en cuenta que este ambiente festivo también puede significar hoteles más caros y menos disponibilidad. Si reservas con tiempo, puedes asegurarte un buen lugar sin gastar una fortuna.

Para ti que buscas tarifas más amigables, la ventana de tiempo justo después de los festivales es ideal. Podrás encontrar precios más accesibles y tendrás la oportunidad de disfrutar de Kazajistán sin las multitudes, lo cual también tiene su encanto.

Para conseguir las mejores tarifas y disponibilidad en hoteles y vuelos a Kazajistán, es ideal que reserves entre 3 y 6 meses antes. Este es el mejor momento para encontrar ofertas, especialmente si tienes pensado viajar durante los meses más populares, de mayo a septiembre.

Aquí tienes un consejo: intenta volar en mitad de semana. Los vuelos suelen ser más económicos los martes y miércoles. En cuanto al alojamiento, en las ciudades más grandes como Astaná y Almaty, encontrarás una amplia gama de hoteles, desde los más lujosos hasta opciones más económicas. Pero recuerda que durante grandes eventos como el festival de Nauryz, los precios tienden a aumentar, así que si tu objetivo es ahorrar, es mejor que evites estas fechas.

En resumen, con una planificación adecuada y evitando los periodos de alta demanda, podrás hacer que tu viaje a Kazajistán sea mucho más asequible.

Empezamos por lo imprescindible: Almaty, la ciudad más grande, repleta de historia, cultura y una escena gastronómica vibrante. No te pierdas la Catedral Zenkov, construida íntegramente en madera y sin un solo clavo. Y si eres amante de la naturaleza, sube al teleférico de Kok-Tobe para disfrutar de unas vistas alucinantes.

Pero Almaty es solo el comienzo. Para sumergirte en lo que hace especial a Kazajistán, debes ir a la estepa. Es en esta vasta extensión donde puedes vivir las tradiciones nómadas, como la cetrería. Si buscas algo más aventurero, organiza una excursión a los lagos de montaña de Kolsai y al lago Kaindy, conocido como el "lago del abeto sumergido".

Por supuesto, no puedes irte sin conocer la capital, Nur-Sultán. Aquí, la arquitectura moderna se hace presente en cada esquina, con estructuras como la Torre Bayterek y el Palacio de la Paz y la Reconciliación. Si te interesan los museos, el Museo Nacional es una visita obligatoria.

En conclusión, Kazajistán es un país de contrastes asombrosos, que te ofrece desde paisajes naturales impresionantes hasta ciudades bulliciosas, pasando por una cultura rica que se extiende desde lo ancestral hasta lo más moderno.