Hoteles en Senegal

Descubre Senegal

Si deseas viajar a Senegal y disfrutar de un clima agradable junto con eventos culturales, se recomienda hacerlo entre noviembre y mayo. Durante estos meses, el clima es seco y las temperaturas oscilan entre los 24-30°C. Esta es la temporada alta, momento en el que Senegal muestra todo su esplendor. Evita viajar entre junio y octubre, período de lluvias intensas con temperaturas que pueden alcanzar los 35°C.

Senegal alberga eventos de reconocimiento internacional. El Festival de Jazz de Saint-Louis y el Festival de Música del Mundo en Dakar son muy concurridos, así que es conveniente reservar alojamiento con antelación. Sin embargo, ten presente que en la temporada alta, los precios tienden a ser más elevados.

Si buscas una alternativa más económica, los meses previos y posteriores a esta temporada son ideales. Los hoteles suelen tener mayor disponibilidad y, a menudo, encontrarás precios más atractivos en comparación con la temporada alta.

Para organizar un viaje a Senegal y conseguir las mejores condiciones en precios y disponibilidad, es crucial elegir el momento adecuado para hacer las reservas. Planificar con una antelación de 3 a 6 meses es óptimo, especialmente si quieres viajar durante la temporada alta, que va de noviembre a mayo. Durante esos meses, los hoteles de categoría superior tienden a llenarse rápidamente, y los vuelos pueden agotarse o incrementar sus precios.

En cuanto a consejos específicos para este destino, debes tener en cuenta el calendario de eventos locales. Intenta evitar fechas cercanas al Festival de Jazz de Saint-Louis o al Festival de Música del Mundo en Dakar. Aunque estos eventos son emocionantes, suelen provocar un aumento en los precios de hoteles y vuelos debido a la alta demanda. Si quieres disfrutar del ambiente festivo pero sin gastar de más, una buena estrategia es reservar en fechas ligeramente anteriores o posteriores a estos grandes eventos.

Senegal es mucho más que Dakar y sus playas. La capital te encantará con su vibrante vida nocturna y el Mercado de Kermel, pero explorar más allá de lo obvio es la clave. Por ejemplo, la isla de Gorée es un lugar que no puedes dejar de visitar si te interesa la historia. Allí encontrarás la Casa de los Esclavos, un potente recordatorio del comercio de esclavos.

Si amas la naturaleza, el Parque Nacional de Djoudj es una visita obligada. Es el tercer humedal más grande del mundo y acoge a millones de aves migratorias, convirtiéndose en un paraíso para los ornitólogos. Además, la Reserva Natural de la Lengua de Barbarie es otro excelente lugar para observar aves y disfrutar de una hermosa playa para relajarte.

Si buscas una experiencia completamente diferente, visita la región de Casamance en el sur. Al ser menos turística, te brindará una visión más auténtica de la cultura senegalesa. Y no olvides el desierto de Lompoul, con sus impresionantes dunas doradas, perfecto para un safari en camello.

Y si lo tuyo es la aventura, considera la pesca deportiva en la costa de Dakar o practicar surf en Ngor. Senegal es un país de contrastes que ofrece algo para todos tus gustos.