Hotel nello Sri lanka

Para viajar a Sri Lanka, es importante tener en cuenta el clima. El mejor momento para visitar la costa oeste y el sur es entre diciembre y marzo, con temperaturas que suelen oscilar entre 26 y 30°C. Por otro lado, el mejor momento para visitar la costa este es de mayo a septiembre.

Si te gustan los festivales, no puedes perderte el famoso festival Esala Perahera. Es uno de los festivales budistas más antiguos y espectaculares del mundo. Además, hay eventos y celebraciones durante todo el año.

En cuanto a los precios, la temporada alta coincide con el buen clima en las respectivas costas. Sin embargo, encontrarás una amplia gama de opciones de alojamiento para todos los presupuestos. El truco está en elegir la costa según la temporada para aprovechar el buen clima y los eventos culturales.

Planificar un viaje a Sri Lanka requiere ser proactivo para obtener las mejores tarifas. Se recomienda comenzar a buscar vuelos y hoteles al menos tres meses antes. Ten en cuenta que durante la temporada alta, la disponibilidad en hoteles de lujo o resorts de playa puede ser limitada.

Un consejo específico para Sri Lanka: considera que los precios de los hoteles pueden variar si hay eventos importantes o festivales en la zona. Esto es especialmente cierto durante el festival Esala Perahera.

Es crucial reservar con anticipación y estar informado sobre las festividades locales para obtener las mejores ofertas y disponibilidad.

Deja de lado tus ideas preconcebidas sobre Sri Lanka porque este destino tiene más variedad de la que puedes imaginar. Más allá de los famosos templos de Sigiriya y Dambulla, se recomienda explorar la ciudad de Jaffna en el norte, donde descubrirás las diferentes culturas que coexisten en la isla.

Si te gusta la naturaleza, no te limites a los parques más populares como Yala. Dirígete a lugares menos conocidos como Kumana para vivir un auténtico safari. El buceo también es una actividad imprescindible; Trincomalee ofrece sitios de buceo fenomenales sin las multitudes.

Si te gusta la aventura, puedes probar el rafting en Kitulgala o surfear las olas en Arugam Bay. Y, por supuesto, no te pierdas una degustación de té en una plantación en las tierras altas.

La clave está en combinar lo icónico con lo menos explorado para tener una experiencia completa y enriquecedora en Sri Lanka.